Ciro Gómez Leyva
Es muy triste que en los días de la calificación de la elección presidencial, uno de cada tres mexicanos piense que Felipe Calderón llegará a Los Pinos gracias a un fraude, y que siete de cada diez ciudadanos crean que la violencia por causas de la política está por desencadenarse. Sensación de fraude y miedo. Ese es el saldo de nuestro 2006. ¿Quién está dispuesto a rebatirlo?
Las cifras forman parte de los resultados de una encuesta nacional de GEA/ISA (mil 152 entrevistas en domicilio) aplicada la semana pasada.
Algo fracasó. El IFE, el presidente Fox, el tono de las campañas, la vulgaridad de los políticos, la medianía política de "las mayorías", la mezquindad de las élites, la prepotencia de los medios, o una combinación de todo, de todos. No se le puede cargar la culpa sólo a López Obrador, ni nadie sensato puede apagar la luz celebrando que 42 millones de mexicanos salieron a votar en paz el domingo 2 de julio. El balance está impreso en números rojos. El recuerdo será sombrío. Iba a ser una fiesta de la democracia y acabó siendo un picadero para el agravio y la desconfianza.
Hay más: solamente uno de cada dos mexicanos cree que Calderón podrá gobernar; uno de cada tres simpatiza con la posibilidad de reprimir al movimiento lopezobradorista; uno de cada tres habitantes del Distrito Federal está a favor de los bloqueos en Paseo de la Reforma y el Zócalo. Y un temible 16 por ciento está dispuesto a tomar bancos, empresas, carreteras, aeropuertos...
(Milenio)
http://milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=430083
martes, agosto 29, 2006
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