lunes, octubre 09, 2006

En AL falta calidad periodística : Daniel Santoro


Por: Marcela Turati y Pascal Beltrán del Río09/10/2006
Un periódico que da información de calidad, ayuda al lector a decidir y a construir ciudadanía, afirmó el periodista argentino Daniel Santoro, famoso por sus investigaciones de corrupción.
En su visita a Excélsior, el experto en periodismo de investigación reflexionó sobre cómo construir un periodismo de calidad en América Latina, el problema de las filtraciones a la prensa, la necesidad de los códigos de ética y de profesionalizar las redacciones, así como la declaracionitis y otros vicios.
Santoro es subjefe de la sección política del diario Clarín, donde publicó su trabajo sobre la venta ilegal de armas a Ecuador que ganó el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 1995, y el cuál amplió en el reportaje "El traficante de armas", que le valió ser finalista del premio de Cemex y la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, de la cual es maestro. Viajó a México para impartir un taller de Periodismo de Investigación organizado por la Fundación Prensa y Democracia (Prende).
–Se discute mucho entre los periodistas el tema del periodismo de calidad y cuáles son los estándares a los que debemos aspirar los comunicadores latinoamericanos.
–Creo que hay una carencia en América Latina sobre estándar de calidad: primero, hay una carencia en cuanto a códigos de ética o un decálogo de ética escrito, que se renueve, que se comparta a toda la redacción, porque últimamente parece que hay tanta laxitud, todo se vale y está permitido, más en el marco de las fuentes anónimas.
Si se aplicara lo que viene en libros como éste, sobre todo en el tema de manejo de fuentes de la información, hay una tendencia a la información con base en fuentes anónimas. En los 70 había un privilegio de usar fuentes anónimas, como en el caso de Garganta Profunda y no era obligatorio dar el nombre de la fuente, pero ahora se habla en libros como éste de cómo citar, cuándo decir, cuándo poner comillas, y podemos hacer una lista de elementos que ayudan a la calidad.
–¿Cuál es la raíz de los problemas para establecer estos estándares?
–Los periodistas se dedican a reproducir: ‘agregó’, ‘señaló’, y ahí se termina la historia, ni siquiera hay contexto o interpretación. En la medida en que los medios de comunicación se dediquen a temas propios podremos acercarnos a la construcción de la agenda del debate diario. Se necesita una agenda diaria, con temas propios, con temas especiales, investigaciones periodísticas rigurosas.
En los 90 hubo un debate a nivel americano del periodismo que tenía sólo como función informar, formar y entretener y ser el fiscal del poder -como se decía en Estados Unidos- ser el perro guardián de la democracia. Esto fue un debate que vino junto con el combate a la corrupción (...) En América Latina hay muy pocos códigos de conducta de los empresarios, pero los códigos piden separar la pared de la opinión de la pared de la publicidad, y eso no se hace en los medios de comunicación.
La opinión pública también está saturada con investigaciones periodísticas falsas, de impacto que no son investigaciones, no están sostenidas por fuentes, o son producto de una operación política. Se necesita crear una cultura de periodismo de investigación fuerte, como la que existe en EU o Europa, para tener periodistas capacitados.
–En México estamos viendo mucho una ola de filtración, de grabaciones ¿podemos blindarnos de ellas o cómo usarlas?
–Nuestra primera lealtad es con el lector. Obviamente no vas a decir: "el jefe de inteligencia dijo off the record tal cosa", pero sí vas a mencionar que te dieron esta información. Y en la filtración la información no estaba confrontada, uno tiene la obligación moral de hablarle al afectado y preguntarle su opinión. Si me preguntan a qué hora hay que llamarlo, si 10 minutos antes del cierre o tres horas antes, eso depende si juega limpio o sucio. Uno debe conocer con quién está jugando, siempre que uno está hablando con alguien y le tiene buena fe o que no te va a jugar en ese sentido cabe la posibilidad del descaro, porque si no uno también tiende a hacer el trabajo de detective siempre cuando lee los diarios, cómo veo los expedientes secretos en las manos de un periódico, hay que tener mucho cuidado.
–Hay una adicción a las declaraciones, ¿por qué esta sobreabundancia en el periodismo latinoamericano?
Porque se hace poco esfuerzo, somos pocos los que vamos a buscar la documentación, la mayoría cree que con la memoria y con el google se hace una nota, y no es así. No se trata de eliminar las declaraciones oficiales, sino interpretar, poner contexto. Hay un problema de cultura periodística: las radios reproducen lo que pasó, los noticieros de la tarde no tienen información nueva, excepto que haya una transmisión en directo. No hay una cultura de construcción de agenda, lo que está en el diario es lo que quiere el gobierno, y hay que romper ese círculo vicioso. Cuando uno se capacita, ve temas nuevos que le interesan al lector y puede explicárselos, hacer una agenda propia y variada, sobre todo en la medida de que cada vez hay lectores más críticos.
–¿Cómo abrir las redacciones para que la gente fiscalice nuestras decisiones?
–Está el modelo de defensor del lector, que le permite que reclame y es para complementar la sección de "carta al director", porque un medio no puede publicar todas las cartas. El modelo consiste en contratar por un año a un periodista que no dependa de la redacción, sino del dueño, y al cual está prohibido invitarle una copa. Así, si el lector se queja de una nota, él evalúa y publica una nota en donde dice que me equivoqué o no y da sus motivos. El asunto es que el lector sienta que participa en mejorar la calidad de la información. Pero hay una cultura de no rectificarse o publicar la carta aclaratoria en un espacio que no lee nadie.
Otro mecanismo son los Observatorios de Medios, porque si la prensa es el perro guardián de la democracia, quién controla al perro guardián de la democracia. En ese espacio se debaten las noticias, cómo fueron publicadas o por qué no se publicaron. El problema es que en estos observatorios a veces están en manos de "mediafóbicos" y no hay posibilidad alguna de diálogo.
Y otra medida que ayudaría a la transparencia es que se publicara anualmente la lista de quiénes compran publicidad en el medio y quiénes son los accionistas, para transparentar, de la misma manera en la que le se lo pedimos al gobierno.
–Pareciera que la gente pone más atención a las filtraciones que a las investigaciones propias.
–La ciudadanía que reclama reportajes de calidad es una minoría en nuestro país, pero nuestra responsabilidad como periodistas es no caer en reproducir operaciones políticas como parte del poder. Es una tentación muy grande porque algunos que deciden con base al rating o a la circulación, lo otro es más dur buscar historias verificables e información seria. Si eligimos esta profesión no es para bastardearla con ese tipo de operaciones de prensa amarilla. La idea del periodismo es tratar de mejorar la calidad de la democracia y también de la sociedad, del lector, no menospreciarlo.

martes, agosto 29, 2006

Del fraude al miedo

Ciro Gómez Leyva
Es muy triste que en los días de la calificación de la elección presidencial, uno de cada tres mexicanos piense que Felipe Calderón llegará a Los Pinos gracias a un fraude, y que siete de cada diez ciudadanos crean que la violencia por causas de la política está por desencadenarse. Sensación de fraude y miedo. Ese es el saldo de nuestro 2006. ¿Quién está dispuesto a rebatirlo?
Las cifras forman parte de los resultados de una encuesta nacional de GEA/ISA (mil 152 entrevistas en domicilio) aplicada la semana pasada.
Algo fracasó. El IFE, el presidente Fox, el tono de las campañas, la vulgaridad de los políticos, la medianía política de "las mayorías", la mezquindad de las élites, la prepotencia de los medios, o una combinación de todo, de todos. No se le puede cargar la culpa sólo a López Obrador, ni nadie sensato puede apagar la luz celebrando que 42 millones de mexicanos salieron a votar en paz el domingo 2 de julio. El balance está impreso en números rojos. El recuerdo será sombrío. Iba a ser una fiesta de la democracia y acabó siendo un picadero para el agravio y la desconfianza.
Hay más: solamente uno de cada dos mexicanos cree que Calderón podrá gobernar; uno de cada tres simpatiza con la posibilidad de reprimir al movimiento lopezobradorista; uno de cada tres habitantes del Distrito Federal está a favor de los bloqueos en Paseo de la Reforma y el Zócalo. Y un temible 16 por ciento está dispuesto a tomar bancos, empresas, carreteras, aeropuertos...
(Milenio)
http://milenio.com/mexico/milenio/firma.asp?id=430083

El papel de los medios en las elecciones

Estrictamente personalRaymundo Riva Palacio28 de agosto de 2006
Cacería de brujas
La violencia política ha encontrado en medios y periodistas una puerta fácil para hallar a los generales del enemigo y alimentar el odio
U no de los subproductos peligrosos de la elección presidencial es el fenómeno que se está desarrollando en torno a muchos periodistas. La escalada de violencia va creciendo, de la simple crítica al insulto, de los correos electrónicos insultantes a los blogs donde los calumnian, de los amagos a los ataques. Los diferentes pathos de una sociedad política enconada hacen imposibles los puntos medios o las rectificaciones. Se es o no se es. O es blanco o es negro. Los radicalismos avanzan rápidamente y la pregunta ya no es si van a linchar un día de estos a un periodista en la calle, sino quién y cuándo será linchado.
Los periodistas, en particular aquellos que tienen espacios en medios electrónicos, han galvanizado el rencor de quienes creen que le robaron la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador, y aquellos que, en la crispación por la resistencia civil de los lopezobradoristas, desean soluciones radicales para aplacar su protesta. Quienes han tomado partido por uno de los campos, reciben acicates de un solo lado. Pero los que han procurado mantenerse en el amplio espacio del centro, como la mayoría, con balance y apertura para todas las partes, reciben los latigazos de las dos partes.
El tono de ambos campos es similar en las partes más radicales, donde la desinformación es la reina del momento. Todos se sienten decepcionados de todos y se rehusan a aceptar que la prensa deba guardar equilibrio. La violencia creciente adolece sin embargo de la misma falla de origen, cuando muchos periodistas se sumaron a causas que encontraban justas, plasmadas en dos grandes marchas: contra la inseguridad pública y contra el desafuero.
Cuando muchos periodistas, violentando el principio ético del equilibrio, mostraron militancia por una de las marchas, eran baluartes de la libertad de expresión, en un diagnóstico social equivocado sobre el papel de un medio y un comunicador. Cuando ahora regresan a ese principio, son traidores de la causa y vivos ejemplos de la corrupción, con un nuevo diagnóstico social equivocado sobre el papel que deben jugar.
La sociedad tendría que haber cuestionado en su momento la falta de equilibrio y la inclinación para uno u otro bando, haciendo de lado el balance que, éticamente, correspondía exigir. El no hacerlo tiene que ver mucho con ese problema de ignorancia colectiva sobre el papel que juegan medios y periodistas en un sistema. Los medios deben ser la arena en la cual dirimen sus diferencias los actores públicos, lo que no se entendió ni por la gente ni por los propios medios, que ocuparon la esfera pública ante la pequeñez de los actores públicos, y dejaron de ser la arena donde se enfrentan los agentes del cambio para convertirse, ellos mismos, en agentes de cambio. La deformación del papel de los medios no tenía relevancia en ese momento, porque así como había una queja constante de los políticos sobre el poder que iban amasando los medios, en particular la televisión, no dejaban de aceptar sus invitaciones porque, admitió un dirigente de oposición, "las necesitamos para ganar votos".
Como los votos no son parte ya de la lucha, sino asumir la Presidencia, o evitar que el presidente electo tome posesión del cargo, el amago y la amenaza contra medios y periodistas lo ven con costo bajo para sus fines políticos.
Ciertamente hubo una deformación del papel de medios y periodistas dentro del ordenamiento de una sociedad por razones que habrá que explorar introspectivamente y a fondo. La forma, que no técnica, de entrevistarlos, descalificando su dicho a priori o encajonándolo, y demoliéndolos a golpes de palabras sin permitir en casos notables que pudieran inclusive terminar sus réplicas, son un episodio muy negro en la prensa mexicana que habrá que revisar en forma autocrítica. También hubo, quizás, un poco de ingenuidad al no pensar que ese círculo perverso en el cual las fuerzas centrífugas aparentemente las controlaban los comunicadores, iban a convertirse en centrípetas y volverse en su contra.
Este fenómeno lo estamos viendo ahora, y algunos lo están sufriendo mucho más que otros, siendo sujetos de juicios sumarios en las plazas públicas, o víctimas de la contrainformación que navega impunemente por internet.
Habrá quien piense que lo que le sucede a muchos periodistas es justicia poética, y quien considere que hay que ir más allá. El discurso de varios políticos ayuda a incendiar esta caliente pradera, alimentando el odio entre sus seguidores. Pero los excesos en los cuales puedan o han incurrido algunos medios y periodistas, no pueden encontrar en la hoguera su destino. Dirán algunos que cambiar de canal, irse a otra estación de radio, dejar de comprar un periódico, o de leer a alguien en particular no es suficiente. Bajo esa lógica está impregnada la arenga de castigo que se busca imponer en la actualidad. Pero, ¿a dónde nos llevará?
La consecuencia más inmediata es el discurso del odio, que es uno de los antídotos más eficaces contra la libertad de expresión. En una definición sucinta pero clara sobre el discurso del odio, Ursula Owen, editora de Index on Censorship, una publicación británica, lo calificó en 1998 como "abusivo, insultante, intimidador. Y puede conducir a la violencia, el odio o la discriminación. Y puede matar".
En el México actual, el primer grupo de categorías ya fue rebasado. Nos encontramos inmersos en el segundo grupo donde ya hay "listas negras" de periodistas de "derecha" o "izquierda", violencia creciente, odio sedimentándose y una discriminación clara entre los "buenos" y los "malos". Todavía no hay muertos, pero ya se han dado ataques físicos contra periodistas en la ciudad de México, y golpes, disparos contra sus vehículos y pistolas sobre sus cabezas en Oaxaca. ¿Cuánto falta para el primer periodista muerto? No mucho, por la velocidad de los acontecimientos.
Esta cacería de brujas es inaceptable. Si nos centramos en el conflicto postelectoral, los dos candidatos punteros tuvieron en contra casi al 65% del país que no creyó en ellos por la razón que se desee. Y aun si hubieran tenido la gran mayoría de los votos, eso no les daría el mandato, ni la autoridad moral o política para emprender la represión contra medios y periodistas que piensan distinto a ellos.
Enfilar las pasiones hacia los medios y periodistas es un acto propio de dictaduras y fascismos que buscan en el sometimiento de las voces distintas eliminar a quien refleja sus carencias y errores. Su no condena a las crecientes agresiones a medios y periodistas se combina con su incitación al linchamiento. Se equivocan si creen que callarán a todos. Pero que no se equivoquen: sobre Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón está la responsabilidad última del muerto que se viene construyendo en las calles de este país.
rriva@eluniversal.com.mx
r_rivapalacio@yahoo.com

jueves, junio 29, 2006

Tienes un e-mail, pero ya revisado

Por
Karla Rodríguez
Evitan firmas fuga de información. El sector financiero retiene correos con palabras como currícula o confidencial
Más del 80 por ciento de las empresas del ramo financiero, bancario, que cotizan en bolsa o que mantienen relaciones comerciales con Estados Unidos, filtran, revisan o auditan los correos electrónicos de sus empleados para evitar la fuga de información valiosa para la compañía.
Marco Antonio de la Garza, director de ventas de CipherTrust, explicó que el filtro se realiza a través de una herramienta tecnológica que retiene todos los e-mails corporativos (no los privados) que contengan palabras clave como "curricula", "clientes" o "confidencial".
Juan José Gutiérrez, gerente del Programa Ejecutivo de Gartner, detalló que las reglas sobre el filtrado, la auditoría y revisión de e-mails son impuestas por las empresas de acuerdo con sus prioridades.
A su vez, estas necesidades se deben de ir ajustando a las herramientas tecnológicas que cumplen esa función.
"Los programas aprenden poco a poco, porque muestran estadísticas de éxito, análisis lingüístico, y van sumando nuevas palabras clave que detectar", refirió el experto en seguridad de Gartner.
Las empresas nombran al personal que analiza los correos electrónicos, e incluso algunas designan a un Jefe en Seguridad Informática o constituyen un Comité de Seguridad en los que participan empleados de los departamentos de Recursos Humanos o Finanzas y es la misma compañía la que determina las sanciones o apercibimientos para quienes violen las normas.
Agustín Ríos, vicepresidente del Comité Jurídico de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), reveló que la "información valiosa" de la compañía, jurídicamente es considerada como "confidencial" y se encuentra sustentada en el Artículo 82 de la Ley de Propiedad Intelectual.
El experto agregó que los correos con el dominio de la empresa que llegan a ser "filtrados" tienen valor probatorio y ya existen sanciones para quienes hagan mal uso de la información de la compañía, con multas que van de los 2 a los 6 años de prisión y de los 100 a los 10 mil salarios mínimos.
Actualmente, las empresas establecen políticas internas, entre las que se incluye la firma de un contrato en el que el trabajador acepta que la información que utilice dentro de la compañía para desarrollar sus labores puede ser auditada.
"Hay que puntualizar. No se trata de que te esculquen todos los correos, sino que simplemente los que se revisan son los correos corporativos", aclaró De la Garza.
En el País, según estimó el directivo de CipherTrust, existen más de 30 empresas, todas transnacionales que ofrecen este tipo de herramienta que bloquea o filtra los correos que pudieran contener datos importantes de la empresa.


Protegidos por leyes mexicanas


La información "confidencial" de la compañía se encuentra respaldada por el Artículo 82 de la Ley de Propiedad Intelectual.

· Se sanciona el mal uso de contenidos difundidos por cualquier medio, aun el e-mail.

· Las computadoras, con la información que contengan, son propiedad de la empresa, por ello es válido establecer en los contratos que los datos dentro de la compañía son sólo de su dominio.

· El robo de información a través de correo electrónico se tipifica como "Apoderamiento de información confidencial" o "Reproducción de una base de datos", considerada como obra artística protegida por el Derecho de Autor.

viernes, marzo 31, 2006

sábado, marzo 18, 2006

Historia de Catemaco



La capital mundial de los Chamanes
En el Cerro del Mono Blanco se celebra el primer viernes de marzo la Convención Anual de Brujos, a la que asisten miles de turistas nacionales y extranjeros a presenciar los extraños conjuros que lanzan chamanes, adivinos y pitonisos, en medio del olor penetrante del copal, la albahaca, la ruda y el romero
Lugar de peregrinaje para abrir los caminos del amor, la riqueza y la salud
KARLA Rodríguez/enviada
Famoso por los brujos, curanderos y chamanes de la región tuxtleca, Catemaco es un pueblo ubicado al sureste del país que nació -como el ave Fénix- de entre las cenizas que dejo la erupción del volcán San Martín, alrededor del año 1615, de ahí que su nombre signifique "lugar de casas quemadas". Aunque se desconoce cuál es el origen que confirió a esta población su carácter místico, los lugareños ofrecen varias explicaciones, todas ellas diferentes. Para algunos todo empezó cuando fue asesinado el único mono blanco de la región, que transfirió su sabiduría a un mago. Otros juran que fue un hombre llamado Gonzalo Aguirre el que trajo la brujería al pueblo. Los más se encuentran convencidos de que fue la misma geografía la que obligó a los habitantes a utilizar la enorme variedad herbolaria de la zona en labores curativas.Lo cierto es que la verdadera tradición de aliviar con hierbas a los enfermos, hoy solamente es practicada por los ancianos de Catemaco, como el llamado Maestro Mano Blanca, quien dice curar desde problemas del riñón hasta un dolor de cabeza, aunque su familia asegura que el viejo más bien "se volvió loco".Y es que en Catemaco casi cualquiera afirma poder curar el mal de ojo, leer las cartas, desatar los maleficios o en su defecto prepararle un amuleto que le ayude a evitar las envidias, no sin antes pasar por una limpia para "abrir" los caminos del amor, el dinero y la salud.Sin embargo, los mismos pobladores de la región reconocen que existe mucha charlatanería, pero antes refieren que los buenos hechiceros están relacionados con Gonzalo Aguirre, que hizo de la brujería en este lugar una verdadero imán que atrae el interés de turistas y curiosos de prácticamente todo el mundo.En este sentido, aunque los datos del gobierno municipal revelan que existen censados más de 230 brujos en la zona, la realidad es que muy pocos son reconocidos como efectivos, entre los cuales se encuentran Nicolás Chagala, considerado el más poderoso, y un hombre que se hace llamar Lobo Negro, quienes fueron ayudantes de Gonzalo Aguirre.Asimismo, existen los que se dice que nacieron de una bruja-nagual, que son los hermanos Gueixpal: Julián, conocido como Salto del Tigre; Tito, a quién le llaman el Poder Negro, además de Apolinar y Pedro. Un oficio rentable. De acuerdo con los pobladores, algunos de estos hechiceros alcanzaron notoriedad gracias al Congreso Anual de Brujería que se realiza desde hace varios años el primer viernes de marzo, en el mítico Cerro del Mono Blanco, donde cuenta la leyenda que habitaba el único primate de la región que, al ser asesinado, cedió su alma y su conocimiento al primer brujo, de quien aún hoy se desconoce su nombre.Empero, para el presidente municipal de Catemaco, Salvador Guerrero, que confiesa nunca haber recurrido a un brujo, la historia de esta tradición es un tanto diferente, pues él asegura que el pueblo se convirtió en un lugar de brujos "simple y sencillamente por su ubicación geográfica, que proporcionó las condiciones propias para los ritos y ceremonias satánicas".
"En un principio, la gente empezó a encontrar en las cercanías al lago de Catemaco hierbas medicinales, propagando la idea de que éste era un pueblo de médicos herbolarios, mejor conocidos como curanderos. A través del tiempo se fue distorsionando un poco la tradición, hasta llegar a los actualmente llamados brujos, que han decidido lucrar con este tipo de actividades."En este sentido, el oficio de brujo es uno de los más rentables en este apacible poblado veracruzano. Así lo prueba la casa de Pedro Gueixpal, ubicada en la calle de Hidalgo número 2, en la colonia Lindavista, que es una residencia lujosa y se encuentra celosamente protegida por un sistema de alarma.Al entrar en contacto con los brujos es difícil precisar quiénes son los charlatanes, sobre todo porque es notorio que a estos personajes -que venden maleficios, conjuros y limpias- no les gusta hablar de sus poderes, como lo demuestra Pedro Gueixpal Cobix, quien con ciertas reticencias finalmente acepta relatar a Gente algunas aristas de su actividad.En un cuarto lleno de sábilas en las que cuelgan milagritos, botes con albahaca, cuadros de santos, cientos de fotografías de pacientes supuestamente curados, muñecos de trapo, veladoras y botellas de múltiples colores, el brujo de magia blanca asegura que él se dedica a curar ayudado únicamente por la fe de la persona y con el permiso de Dios.En la lista de pacientes de la familia Gueixpal se encuentran los artistas Verónica Castro, Niurka, Fernando Colunga, Araceli Arámbula, Lolita Ayala, Otto Sirgo, Carmen Salinas, Adriana Fonseca, Miguel Palmer, Blanca Sánchez, el comunicador Nino Canún, el cantante Pedro Fernández, así como los ex presidentes José López Portillo y Ernesto Zedillo, además de los comentaristas deportivos Javier Alarcón y Enrique El Perro Bermúdez.
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Entre el bien y el mal. Curiosamente, en Catemaco la mayoría de los brujos son católicos, acuden a misa de manera regular y aseguran que utilizan el poder divino para hacer el bien. Sin embargo, entre los de cierta fama, una minoría asegura ser representante de Satanás, como Gilberto Rodríguez Pereira, mejor conocido como El Diabólico, quien se dedica a elaborar conjuros para dañar a las personas o para buscar la protección en la política y los negocios.Renuente como todos los brujos a dar explicaciones, en una de las pocas entrevistas que El Diabólico ha otorgado, afirmó que a su espacio de invocación de magia negra han llegado decenas de políticos veracruzanos y del Distrito Federal, entre ellos el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, a quien dijo, sin más detalles, le entregó un amuleto de buena suerte.A todo esto, Pedro Gueixpal detalla que las limpias que él realiza no están en contra de la Iglesia. "Dios también curó con hierbas, entonces no puede ser malo", dice Gueixpal. No obstante, monseñor Bonifacio Rivas Sosa, canciller de la diócesis de San Andrés Tuxtla, de manera amable nos recibe en sus oficinas ubicadas en el centro de Catemaco, justo frente a la iglesia de la Virgen del Carmen. De entrada, descarta por completo que la brujería exista, luego de afirmar que de los 62 años que ostenta, por lo menos 40 los ha dedicado a estudiar este fenómeno. "He viajado a muchas partes y en Cuba, donde existen los mejores santeros de vudú, fui testigo de los múltiples intentos de los brujos por derrocar, enfermar o dañar al presidente Fidel Castro, situación que se repitió incluso en Miami, donde se pagaron miles de dólares para dañar al dictador, todo ello sin éxito", comenta.Según algunas leyendas transmitidas por medio de la tradición oral, el origen de Catemaco se remonta al año de 1914, cuando un pescador llamado Juan Antonio Catemaxca se encontró en una piedra, cerca al lago, a la Virgen del Carmen, que dejó marcada la huella de su huarache en ese sitio al que los turistas y devotos acuden para venerarla. Sin embargo, el párroco Bonifacio Rivas Sosa desmiente esta historia."La verdad de las cosas es que la virgen que se venera aquí fue traída por unos misioneros carmelitas que decidieron dejarla aquí, para que la cuidaran."Por si alguna duda quedara, el también Vicario Judicial acota "La Virgen del Carmen fue hecha con base en la imagen de otra virgen que se encuentra en Barcelona, además de que el templo se erigió hasta 1970 y no en 1914, cuando dicen que se le apareció a Juan Catemaxca".
Sorpresivamente, es dentro de la iglesia de la Virgen del Carmen donde se lleva a cabo un extraño ritual, que para monseñor Rivas Sosa tiene su origen en una tradición milenaria. "La gente que visita a la Virgen del Carmen acostumbra frotar su cuerpo con flores de albahaca mientras le reza para pedirle algún favor. Esto se llama hacer una limpia", señala. A pesar de que las "limpias" se relacionan comúnmente con la brujería, el padre Bonifacio Rivas explica que "hace muchos años, los misioneros franciscanos enseñaron a los indígenas que era necesario limpiar la casa cuando alguna persona importante llegara de visita. De igual forma cuando uno recurría a la virgen o a los santos uno debía procurar ir limpio y presentable ante los ojos de Dios". Como dato curioso, el padre afirma, que la Iglesia ha aceptado de tal forma esa práctica de humildad que, durante la última visita del Papa Juan Pablo II, un grupo de personas se acercó al Sumo Pontífice con el objetivo de realizarle un limpia con flores de albahaca, gesto que el Santo Padre aceptó y agradeció. El bien y el mal, unidos contra proyecto panista para prohibir la brujería. Un proyecto del legislador local panista, Ángel Deschamps Falcón, para reformar el Código Penal de Veracruz y tipificar a la brujería como delito, ha puesto en pie de lucha a Catemaco, y ha logrado lo que parecía imposible, unir a las fuerza del bien y del mal en un frente común para frenar la propuesta.Según el texto de la iniciativa, se podría aplicar de uno a 5 años de prisión y una multa de hasta 300 veces el salario mínimo para los yerberos, curanderos, chamanes, esoteristas, astrólogos, adivinos, magos, espiritistas, brujos y cartomancianos, "que engañen a la gente haciéndole creer que la curan".En este sentido, los brujos consideran que Acción Nacional debe analizar bien las cosas, porque, además de que atenta contra la libertad de creencias y pensamiento, no pueden eliminarlos nada más porque sí, y advierten: "No se les desea ningún mal, pero ellos deben saber que mucha gente estará en contra de esta iniciativa porque ahuyentará a los turistas."Más aún, algunos brujos han amenazado con lanzar un arsenal de conjuros y maldiciones contra el legislador blanquiazul si continúa en su empeño.Los propios comerciantes y prestadores de servicios turísticos de Catemaco, que se benefician con las peregrinaciones permanentes de personas de todos los niveles sociales, tanto del país como del extranjero, consideran que se trata de un proyecto inadecuado que podría tener consecuencias funestas para esta localidad, la "capital de la brujería".Tan sólo cada primer viernes de marzo visitan Catemaco unos 15 mil turistas, mientras los albergues de la ciudad cuentan con 650 habitaciones.El guía de turistas, Carlos Ramírez Fonseca, no esconde su temor por esa iniciativa panista, pues asegura que la gente sólo va a Catemaco atraída por los brujos.
Fotos: Gabriela Romero/Gente

domingo, marzo 05, 2006

Julio Cortazar


Tú mas profunda piel
Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equivoca fragancia que deja la pipa en los dedos y que en algún momento, en algun gesto inadvertido. asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.
No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacía de tu rostro una máscara de joven faraóna nubia. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido, de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada poza, cada río, cada colina y cada llano las ganamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos ¡ Oh viajera de ti misma máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.
Yo aprendía contigo lenguajes paralelos; el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste: ( Me da pena ), y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro. lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caídas desde lo alto a lo hondo, jinete o potro, arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.
Dijiste: ( Me da pena, sabes ) , y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar mi último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo cómo poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último , nos alzara en una misma extremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegue a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se negaba al goce de mis labios desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.
Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que mi boca buscó la oculta boca extremecida el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne que oculta a la conciencia lo que mueve las más densas , implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo.
Julio Cortázar

domingo, febrero 12, 2006

El fin justifica los medios

... O EL FINAL DE LOS MEDIOS.

Dicen que el fin justifica los medios y últimamente me he preguntado qué razón puede justificar que en un país con más de 97 millones de habitantes, de acuerdo con el censo del INEGI del 2000, haya más de 150 periódicos.
México tiene un bajo índices de lectores de apenas 16 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales dada a conocer por Conaculta en mayo pasado. Sin embargo en todo el país existen cerca de 400 empresas editoras.
En este caso, si el fin justifica a los medios informativos, ¿a qué se debe que cada día haya más publicaciones y cada vez menos lectores? ¿Será que los medios han dejado de cumplir el fin para el que fueron creados y que perdieron el contacto con el público?
Puede que sea un lugar común decir que el periodista tiene el poder de darle un nombre a lo que ya existe, sin embargo algunas veces es muy claro y evidente que nuestra fortaleza termina cuando nos convertimos en el árbol mítico que se derrumba en medio del bosque sin que nadie lo escuche, simplemente porque hemos perdido credibilidad.
Se ha terminado en buena medida lo que llamábamos: "la influencia que tienen los medios", porque sólo hemos podido llegar a unos pocos –los informados, decimos, los que toman las decisiones-, y hemos olvidado el fin para el que fuimos creados.
Los reporteros padecemos la enfermedad del narcisismo, que nos lleva a creernos propietarios de la verdad absoluta y nos erigimos en jueces, por lo mismo muchas veces también en parte de la noticia.
Calificamos y descalificamos hechos, personas y afirmaciones simplemente por el poder que nos da el ser los dueños de la pluma, aunque sea sólo por unos minutos.
Incluso hemos acostumbrado a nuestro lectores a que se interesen en lo más perecedero de la información: el chisme, la nota curiosa, ofensiva y escandalosa, la que dice, pero no prueba y todo porque no hemos logrado llevar a la gente más allá de donde nosotros no hemos estado dispuesto a ir, que es al fondo de las cosas.
¿Cuántas versiones podemos encontrar en los medios que sólo están encaminadas a asustar, más que a prevenir riesgos y cuántas crisis se han profetizado en las primeras planas de los diarios y en los noticieros?
Los reporteros ejercemos, cada vez de forma más recurrente, el ejercicio de profeta, en lugar de optar por el oficio de la investigación.
Cierto que los periodistas nos enfrentamos a la contradicción del exceso de la información, empero hay que reconocer que tampoco hemos sabido evolucionar a la par que lo han hecho las fabulosas herramientas que ahora tenemos para transmitir la información, como los teléfonos celulares y el Internet.
Abusamos de la entrevista telefónica y de la llamada banquetera; privilegiamos a las fuentes oficiales frente al ciudadano común u organismos independientes para equilibrar la información; utilizamos las expresiones trilladas y recurrimos a los mismos temas cada cierto tiempo porque sabemos que son los que “venden”.
Incluso los periódicos más prestigiados del mundo caen en estas condicionantes, dice el investigador José Carlos Lozano Rendon[1], quien documenta que de acuerdo con un estudio de la consultora Sigal, sobre la información publicada por The New York Times y The Washington Post, el 58 por ciento del total de noticias se recopilan a través de los canales habituales, como son comunicados de prensa, procedimientos oficiales y eventos no espontáneos (conferencias).
Sin ir más lejos, el investigador relata el caso del periódico El Norte (hermano mayor de Reforma) que en una de las notas más controversiales que ha publicado: una manifestación cívica en una población fronteriza que concluyo con la quema de un puente internacional, se había apoyado mayoritariamente en fuentes oficiales para su documentación.
Ambas son una muestra de que los medios, particularmente la prensa, han olvidado que la gente también tiene derecho a decir lo que piensa, simple y llanamente porque no nos sostenemos únicamente ( y en este sexenio menos que antes) de la publicidad de Gobierno.
El mercantilismo editorial nos ha llevado a convertirnos en una pobre copia de la realidad, porque no hemos podido comunicar al lector que estamos de su parte.
En algún lugar leí que el periodismo consiste en el arte de comprar papel en un peso y ponerle algunas letras para venderlo en dos.
A pesar de lo sencillo de la fórmula, no vemos empresarios ansiosos de querer comprar un medio de información (si no me creen pregúntenle a Excélsior), porque la mayor parte de ellos han dejado de ser un buen negocio, porque perdieron en algún momento el fin para el que fueron creados.
El fenómeno de los weblogs, que son diarios en línea escritos por gente común, es una muestra de que no se necesitan demasiados recursos para llegar a la gente, por lo menos no a los jóvenes, entre quienes han tenido tanto éxito las páginas personales en Internet.
En este sentido, no se puede dejar de tomar en cuenta que al cierre de este año, en el país habrá 17.1 millones de cibernautas, 18 por ciento de la población total, según una investigación de Asociación Mexicana de Internet, elaborada conjuntamente con el INEGI y la consultora Select.
El asunto es que mediante esta especie de diarios que se publican en línea sin fines de lucro -todavía-, personajes comunes o escritores tan relevantes como el mexicano Gustavo Sáinz, el cineasta estadounidense Michael Moore o el periodista y novelista argentino Hernán Casciari, informan en sus blogs lo que piensan que a los lectores les interesaría saber.
El éxito naciente de este tipo de medios de comunicación tal vez se deba precisamente a que cumplen con una necesidad natural e inherente de todos los seres humanos, la de comunicarnos, pero no sólo eso, sino que además van más allá al convertirse en verdaderos canales de diálogo con los lectores.
En este sentido, el investigador Carlos Gómez Palacio y Campos[2], autor de Comunicación y Educación en la Era Digital, Retos y Oportunidades, menciona que cuándo se le pregunta a la gente por qué ciertas personas gustan de leer los periódicos y escuchar noticias, las respuestas en términos generales fueron fundamentalmente por entretenimiento e información.
Si en política la forma es fondo, creo que se puede afirmar que en el periodismo el fin siempre justificará a los medios y, finalmente, no hay nada que justifique mejor una voz, una palabra y una imagen que una persona que se interese por leer, escuchar o mirar.
Lo que necesita ser demostrado para ser creído no vale gran cosa, afirmaba Federico Nietzsche[3], y es un hecho tangible que los medios han perdido su razón de ser, los lectores.

¿Debemos cambiar? ¿Hacia dónde?











[1] Teoría de la Investigación de la Comunicación e Investigación de Masas. José Carlos Lozano Rendón. Alambra. 1996.
[2] Comunicación y Educación en la Era Digital, Retos y oportunidades. Carlos Gómez Palacio y Campos. Diana. 1998.
[3] El crepúsculo de los ídolos. Federico Nietzsche. Editores Mexicanos Unidos. 1996.